La legislatura toca a su fin y creemos que ha llegado el momento de hacer públicas una serie de circunstancias, desconocidas para la mayoría de los habitantes de Paracuellos de Jarama, que han tenido lugar a lo largo de estos cuatro años y que han afectado de manera muy directa a nuestra forma de actuar dentro del gobierno municipal, mermando nuestra imagen pública y limitando nuestra capacidad de actuación.
No es sencillo explicar esta carrera de obstáculos y cómo hemos tenido que dedicar gran parte de nuestro tiempo y esfuerzo en poner freno a situaciones que nunca deberían formar parte de la política local, y que, por desgracia, intentaban favorecer más los intereses particulares de un alcalde que los beneficios municipales de los vecinos. Tal y como nos han solicitado en numerosas ocasiones, en estas páginas recogemos varios ejemplos que, en cierta manera, podrán explicar la conducta que hemos adoptado en los últimos meses con el riesgo de habernos equivocado, pero también con la esperanza de haber acertado.
Muchas de esas pretensiones sin sentido del alcalde se han podido paralizar gracias a que hemos formado parte de las Juntas de Gobierno. Estando en la oposición, esta labor hubiera sido prácticamente imposible, porque no se tiene potestad ni el mismo acceso a la información, a no ser que esos puntos se lleven al Pleno. Este ha sido el único motivo que, pese a todo, nos ha mantenido como socio de gobierno. El saber que, si bien estando dentro no podíamos hacer todo lo que queríamos, estando fuera otros podrían hacer todo lo que no queríamos.
No ha sido gratificante el día a día. No ha sido fácil. Puede que algunos de nuestros votantes se hayan sentido defraudados por considerar que sus expectativas no se han correspondido con los deseos que depositaron en las urnas aquel 22 de Mayo del 2011. Incluso, puede que muchos hayan sentido que, una vez más, su voto se ha perdido. Puede que otro buen número de esos votantes no haya conocido, hasta este mismo momento, las causas por las que vieron diluirse el ímpetu con el que ICxP compareció a esas mismas elecciones y tengan sus dudas a la hora de renovar su confianza. Lo entendemos y les comprendemos.
Y lo entendemos y les comprendemos porque nosotros mismos, desde dentro, tenemos esa misma impresión. Desde nuestro espíritu eminentemente crítico, desde nuestra exigencia personal, desde nuestro objetivo único de hacer mejor el sitio en el que vivimos, si nos paramos a contar los frutos visibles de nuestro trabajo, nosotros también sentimos esa decepción.
Pero, a la vez, si nos paramos a mirar las horas dedicadas, los esfuerzos realizados, la ilusión puesta, la experiencia acumulada, los errores aprendidos, los éxitos obtenidos, también sentimos que este tiempo no ha sido en balde, que en esa decepción hay matices y matices tan importantes que nos hacen seguir siendo optimistas, seguir dispuestos a estar ahí una vez más.
Pese a todo, esta legislatura se puede considerar como una etapa de transición, el final de un ciclo y la apertura de un nuevo horizonte. Ahora debe ser nuestra hora, porque a los vecinos nos toca llegar donde la política tradicional no sabe, no puede, no quiere o no le interesa hacerlo. Os podemos asegurar que desde ICxP lucharemos con todas nuestras fuerzas para que la próxima vez no existan estas líneas de justificación, porque lo que sí nos han enseñado estos cuatro años, al margen de la experiencia adquirida, es que para poder ser nosotros, sin ataduras, y poder desarrollar nuestro programa, debemos disponer de la Alcaldía. Y para eso necesitamos vuestro apoyo y, entre todos, elegir y diseñar el lugar en el que queremos vivir.
En la próxima legislatura sólo formaremos gobierno si el alcalde es de ICxP, si no es así será mejor estar en la oposición.